O vinho MarySol mistura símbolos andaluzes em um produto originário de La Rioja, no norte da Espanha. Essa escolha revela uma visão comercial do país, baseada em clichês culturais. A imagem é atraente, sem dúvida.
Los vinos siempre apelaron a frutas, café, almendras y olores, e intentaron entremezclarse con alimentos, sensaciones, sabores, y platos exquisitos. Es la victoria del relato navegando fácilmente sobre una burbuja etílica muy propicia a establecer relaciones mirabolantes.
La etiqueta del MarySol muestra una mujer en un batiscafo, algo bastante prosaico, con un afán evidente de llamar la atención, pues pocas personas saben qué es un batiscafo y para qué se usa, ni si se usa, o todavía los hay. Llama la atención la rosa, o clavel, en la cabeza, un elemento intrínseco en los peinados de las mujeres andaluzas.
El traje de lunares así lo corrobora también, y por si fuera poco, la guitarra, símbolo característico del flamenco, lugar de culto en esta región española. Pero el vino MarySol proviene de La Rioja, en el norte de España, cerca de las montañas cantábricas, cuna de temperaturas radicales tanto en invierno como en verano y que gestan uno de los vinos más importantes de España.
Ninguno de los elementos anteriores forma parte de este lugar, el mar se queda bien más allá. La etiqueta ofrece para Brasil una visión rápida de España a través de una parte, Andalucía. Esto siempre fue así, por ejemplo, las salchichas siempre se asocian a Alemania, y la baguete, a Francia, así como las cabezas rapadas en los estadios de fútbol, a Inglaterra y las vacas buenas a Argentina. Lo inédito es nombrar la parte (La Rioja) por la parte (Andalucía), lo cual constituye un ejemplo de atrevimiento del relato superior, si cabe.
Nada del mensaje es real, qué más da, ofrece una imagen de un lugar geográficamente equivocado, pero perfectamente adecuado mercadologicamente y a medida de un consumidor que navega en busca de mensajes rápidos y ávido por probar tarjetas postales en forma de vino.
Lo del batiscafo es una transgresión sin pies ni cabeza, aparentemente. Pero igual no.
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