Segundo Villanueva Fernández / São Paulo, 30 de Junho de 2023
La lengua es un crisol, la cosmovisión de un pueblo en estructuras semánticas, lingüísticas, morfológicas. A pesar de gozar de los mismos recursos en torno al español, un colombiano elige diferente a un ecuatoriano, mexicano o uruguayo, hablar es un ejercicio de libertad y la cultura constituye su principal ropaje. Los letreros públicos constituyen marcos maravillosos donde se pueden obtener auténticas clases de gramática, cultura y principalmente habla, o la verdad que trasciende los sistemas, cómo el pueblo ejerce su derecho, la lengua Viva. La calle Salsipuedes en Navarrería, la calle más corta de Pamplona me pareció única y alude a una que no tiene salida, es decir, se sale por donde se entra. La presencia de imperativos sin pronombres personales y la del condicional con presente debe llamar inevitablemente mucho la atención al estudiante brasileño de español, imperar y el abismo del destino sojuzgan la vida de cualquier español. Cuál fue mi sorpresa al descubrir también que en Sos del Rey Católico, a 50 kilómetros, en la judería que corona uno de los pueblecitos más maravillosos de España, se encuentra otra con el mismo nombre, tiene 500 años, y es una prueba irrefutable de que hay algo inmanente que trasciende el tiempo y permanece inalterado a pesar de todo y todos.