O texto reflete sobre a importância de nomear corretamente os estados da alma em meio ao caos informativo atual. Palavras esquecidas, como zozobra, podem voltar com força por meio da experiência. Nomear é uma forma de tomar consciência e desacelerar o cotidiano.
Turbación, desasosiego, desencuentro, son estadios del alma como otros cualquiera, lo importante radica en elegir la palabra adecuada para denominarlos, ese es el gran desafío de la sociedad moderna, donde las redes sociales y el bombardeo de información inciden en una dificultad adicional para aplicar nombres a las cosas, todo gira muy rápido, hay realidades, qué difícil es ponerles nombres.
Independientemente de si esa realidad muestra un escenario más o menos agradable, saber denominar, como una pieza de lego bien encajada es un arte, en realidad es el salvoconducto para hacer que el día a día se ralentice a través de conciencia. No denominar, es perder la noción del tiempo, como diría aquel.
Y el otro día recuperé zozobra, al cabo del tiempo resucitan ciertos términos que por algún motivo los medios de comunicación, la sociedad en general deshecha o se olvida, porque otros aparecen en su lugar, hasta que desaparecen, y entonces, los que somos un poco más mayores damos un paso adelante y en ese momento la experiencia cabila a favor de palabras más antiguas pero que son insuperables aún en los tiempos de hoy.