Existen situaciones ridículas y después, el esperpento, que es la máxima expresión de la situación ridícula.
Casi siempre se piensa que la imaginación puede superar a la realidad porque es libre y que puede reconstruir mundos inéditos con trasfondos insuperables, pero cuando a lo real se le deja fluir, este, gana de goleada sobre la primera porque es infinito.
Es increíble la cantidad de situaciones sorprendentemente burlescas que los seres humanos somos capaces de crear sobre la base una supuesta racionalidad. Como decía Goya, los sueños de la razón solo producen monstruos al final del día. Luego vino Valle Inclán y a la razón desbocada la denominó esperpento y la convirtió en un género literario, a ver quién da más.