Son dos lenguas hermanas (romances), de los mismos padres (latín), pero a veces se comportan como si esa fraternidad no obedeciera a una lógica del mismo origen (lengua deíctica versus nominal, lo que se escribe se habla versus complejidad fonética lusófona de Brasil).
Después del Carnaval, Brasil se encuentra ahíto porque su elasticidad ampliada desde el pré, una semana antes al pos, otra después, resignifica a la baja el propio de la semana y al que tradicionalmente todos estábamos más o menos acostumbrados.
Un día se podría hablar de que la alegría de los otros no es contagiante, y que los estados de ánimo son fortalezas anímicas más complejas que una música o una ropa brillante, un velo o un olor evocador.
De cualquier manera, cómo se agradece este remanso de paz después de que ya se haya acabado todo, una palabra que casi siempre en español forma parte de un sintagma pero que no tiene correspondencia, a pesar de existir, en el portugués de Brasil.