A perífrase verbal combina dois verbos para expressar nuances como obrigação ou intenção. Um almoço silencioso no McDonald’s com o filho mostra que, às vezes, não é preciso conversar para compartilhar algo valioso. O importante não foi a comida, mas a companhia e o momento vivido juntos.

Comer sin hablar puede parecer una rutina inviable, sobre todo en lugares como McDonald's, donde figuras azoradas mastican patatas fritas girando en la boca, mientras las miradas se pierden en el vacío, acompañadas de vasos de cartón llenos de Coca-Cola. Entonces, llega el momento del mordisco blando, ese que deja escapar graciosamente –o no– un hilo de ketchup o queso por los costados.

Sin embargo, el otro día mi hijo confesó algo inesperado: “Qué bueno comer con papá un McDonald's, de vez en cuando.” Durante los 15 minutos del proceso bucogástrico, apenas se habló de nada. Ni de lo divino, ni de lo humano, ni de los sabores, ni del futuro. Y quizás eso fue lo más valioso: no buscar respuestas, solo compartir un momento. Afianzamos el estómago y suplantamos el hambre justo antes de que llegara el autobús que lo llevaría a la universidad. Misión cumplida.

El español es una lengua intensa, tendente a lo trascendente, pero no todos los días tienen que ser filosóficos. A veces, lo más práctico y humano es disfrutar una inversión de valores gastronómicos en la mejor compañía posible. Porque, al final, no importa tanto qué se comió, sino con quién se compartió.