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Las oraciones finales con sujeto no coincidente requieren siempre el uso del subjuntivo en la segunda proposición, ya que expresan un propósito o finalidad. Esta construcción es fundamental para indicar la intención detrás de una acción principal.
Por ejemplo:
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Quiero que juegues para que veas cómo es bueno hacer deporte.
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Ven a mi casa para que conozcas a mis padres.
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Compra un inmueble en la playa para que puedas irte los fines de semana de vacaciones.
En todos estos casos, el verbo de la segunda oración está en subjuntivo porque el sujeto cambia y la acción es un deseo, una finalidad o un objetivo que aún no se ha cumplido. Esta estructura es muy común en español y permite conectar acciones de manera clara y precisa.