Leer
La expresión "oler a algo", en sentido metafórico, se utiliza para referirse a la capacidad de anticipar o presentir una situación antes de que ocurra, basándose en indicios o sensaciones sutiles. En este uso, oler no implica percibir un olor real, sino intuir algo que está por suceder, generalmente con una connotación negativa o de advertencia.
Por ejemplo:
-
El equipo huele a derrota cuando su juego es débil o desorganizado desde el inicio.
-
Este negocio huele a fracaso tras largas negociaciones sin avances.
-
Huele a problemas cuando se nota tensión en el ambiente.
-
Huele a lluvia cuando el cielo se oscurece y el aire cambia, incluso aunque aún no haya caído una gota.
Esta expresión es frecuente en la lengua coloquial y aparece en contextos informales para transmitir una sensación de certeza intuitiva. Aunque puede tener usos neutros o incluso positivos, lo más común es que sugiera algo desfavorable, una especie de advertencia emocional previa a los hechos.