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Viernes

Revista Vamos Contigo 239 - Expresión escrita y comprensión lectora Segundo Villanueva Fernández / São Paulo, 13 de Janeiro de 2024

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Llega el viernes salta la trampa. Ya es viernes. La vida se pasa ansiando viernes, que es cuando más se envejece.  Se envejece en viernes, sin querer, y como los viernes se goza instintivamente lejos de la mundanal obligación, el diablo masculla para que el viernes de la próxima semana llegue cuanto antes.  Alguien dijo que vivir de viernes no sería una mala idea. 

Sin duda que el placer mata porque consigue trampear el tiempo, en forma de viernes, lo contrario es una hoja de lechuga lenta y sosa, un cigarrillo lento y soso, una conversación profunda, lenta y sosa, en la sosez y el fango ralentizado quizá se encuentre el camino, huir del fin de semana da años, ansiarlo puede ser una mala idea a largo plazo.  

En ese sentido el santo grial y su fuente de la vida quizá haya que buscarlo en los lunes, y no en los viernes, para ello el destino eligió São Paulo y tres momentos estelares y aburridísimos de su cívica propuesta: porque en ningún sitio se igualan, a las 6 de la mañana, sus lunes cenicientos, más aún, sus lunes, de las 6, cenicientos, de junio, más aún, sus lunes, de las 6, cenicientos, de junio con sirimiri. 

De estos cabrones lunes de São Paulo el diablo huye como su alma y es cuando tira para el viernes, porque en lunes la vida se queda pegada, grávida y pantanosa.

En ese momento, de repente, va y el verbo se hace hombre, y al diablo le da por no aparecer por ningún lado. 

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