Ortega y Gasset, el filósofo español más importante del siglo XX, acostumbraba a dirigirse a los argentinos con los que compartía conferencias y eventos con una locución que apelaba a la acción, pues se demoraban mucho para realizar las conferencias, hablando de asuntos que muchas veces no tenían nada que ver.
Orgega y Gasset acostumbraba a llamar la atención de sus colegas sudamericanos con un impetuoso “a las cosas”, pues una cosa era hablar de ellas y otra, tratarlas, normalmente, esta segunda, bastante más compleja, asustadora y vital que la primera.