Algunos venden lo que nunca alcanzaron con excusas imposibles, como los niños con miedo o los funcionarios menores, otros disminuyen sus glorias porque prefieren la familia, Zidane tras su tercera gloria, de manera elegante le dijo a Florentino que ansiaba la Liga.
Con él se va el hombre, el sosiego, la voz callada y el buen tino.
Los madridistas sabemos cuánto Mourinho nos hizo sufrir, de Zidane llegamos a gustar hasta de su calva, su figura de francés comedido, qué bueno era todo en él, incluso, ahora caemos, hasta sus longicuos secretos.