Osasuna acaba de establecer marca en Primera, la de ser su peor equipo en 37 años. Esto demuestra dos cosas, primero, que quizá el año pasado no debería haber subido, las cosas tienen su tiempo de cocción y segundo, que lo que vale para Segunda no necesariamente vale para Primera. Evolucionar no es lineal, es necesario a veces producir, para bien o para mal, una revolución.