El fútbol tiene estas cosas. Es como una mujer, imprevisible y caprichoso. Calla bocas de lunes a lunes, destruye agoreros, desdice comentaristas de televisión.
Algunos años atrás era frecuente escuchar en televisión la terrible desigualdad del campeonato español por su evidente bipolaridad. El ejemplo a seguir era el inglés, donde la cabeza la ocupaban casi siempre los mismos pero cambiándose de lugar. La culpa la tenían las cuotas televisivas.
Pero si uno se pone a analizar las estadísticas podrá observar el ranking de los equipos españoles, además de los títulos en Champions y Europa League. Hay algo que no encaja.
Cómo son las cosas, hoy el campeonato inglés está dominado por un equipo de la clase media, que juega rácano, con menos cuota de televisión y los líderes del campeonato están devaluados, han envejecido y consecuentemente disminuido su nivel, a pesar de sus inversiones y los torrentes de dinero vertidos por las operadoras. En España, nivelados por el techo, a falta de 4 jornadas los tres mejores, no puede haber nunca muchos más en ninguna liga, se la juegan con un margen menor al punto.
¿Algo cambió en la conformación del Campeonato Inglés y el Español? Nada, se cumplió un ciclo, nada más. Todo lo que sea reconducir el talento, limitarlo, voy a utilizar una palabra que quizá no sea muy bien comprendida, democratizarlo, será en vano. El Madrid es el mismo de hace 40 años, sigue su curso, su lógica, su manera de ser, aunque a algunos nos despierten dudas en algunas ocasiones más frecuentes de lo deseable en los últimos tiempos. Pero la consagrada Liga Inglesa no está generando equipos extraordinarios que sepan competir más allá de la isla.
A todo esto, prefiero siempre un campeonato excelente como el español que muy bueno como el inglés.
Segundo Villanueva, desde São Paulo