Qué difícil resulta un partido de fútbol, la final de la Libertadores se confundió por momentos con un regional, burocracia, tactismo, previsiones, remolques, empaque, bloques.
Jugar tanto da no entrenar.
De manera inevitable los equipos se estiran, un plantel no elástico en tiempos de crecimiento competitivo se atrasa, hoy 25 jugadores son preceptivos.
Los aviones no paran, mejor hangares vacíos.
El futbolista avión ya no pisa el hangar de entreno.