Un partido de fútbol en 2022 es el mismo a cualquier hora, una repetición de cuerpos fidalgos y jugadas de poca expresión a velocidad vertiginosa, cuando prevalece el rayo las nimiedades técnicas entran en desconsuelo y da lo mismo un roto que un descosido, solo cabe el fanatismo de la región, el porque sí, la facundia del medio centro ya se marchó hace un buen rato.