El programa “Fiebre Maldini” dedica cinco minutos a Garrincha. Le llaman el “quinto grande”. Mientras vemos imágenes, los periodistas comentan anécdotas de su vida.
– ¿Por qué hay tanta gente?
– Es la final.
Hay un dato que no dicen. Garrincha y Pelé jugando juntos en la selección brasileña no perdieron ni un partido.
La historia es muy cruel en el sentido que nos hace ser demasiados justos o muy injustos con las figuras, principalmente en blanco y negro. El fútbol cambió tanto que me resulta muy difícil considerar a Garrincha hoy el quinto grande, a pesar de las piernas, a pesar de las multitudes, a pesar de todo. Hay jugadores grandes que hoy, por ejemplo, difícilmente serían algo: Rivellino o Gerson, por ejemplo. Sin embargo, hay otros que trascienden la historia, que serían buenos aún hoy. Pelé es uno de ellos. Cruyff es otro. También Zidane, y por supuesto Messi.
Garrincha es el que, con las piernas torcidas que tiene, consigue regatear a los ingleses. Después muere en la indigencia. Pelé es otra cosa, el día de la última final de la Copa Santander-Libertadores aparece vestido con una chaqueta roja.
En todo caso, dicen que hay tres equipos brasileños que trascienden a la historia del fútbol mundial: obvio el Santos de Pelé, el Flamengo de Zico y, cómo no, el Botafogo de Garrincha.