El hombre de barba blanca cuyo nombre desconozco afirmó que la alcaldía de Barra Bonita había arrojado al río Tietê 200 sucurís para comerse los patos que a su vez se comían los peces.
La niña que jugaba a la orilla del río se quedó algo asustada y le preguntó al hombre de barba blanca dónde estaban las sucurís. El hombre de barba blanca le respondió que no se podían ver, que permanecen todo el rato con la boca abierta y para cuando uno se quiere dar cuenta, ya tiene el pie dentro.
Kalheb me dijo que era de Santa Catarina pero que iba a cualquier sitio y ahora estaba en Barra Bonita viviendo en un malecón hasta que la alcaldía vino y le tiró todo a tomar por el saco.
Sostiene una petaca de pinga y chapurrea un poco de español, me pregunta si soy fotógrafo y me pide que le saque una con su hermano y el hombre de barba blanca que al principio afirmó que era su padre, pero luego supe que toda su familia era de Campinas, esto me dejó un poco escéptico en relación a las sucurís porque no encajaba que se comieran todos los patos si por lógica en el río tiene que haber más peces que patos, pero así lo afirmó mientras todos le miraban, a lo mejor quería llamar la atención de la niña que se quedaba todo el rato mirando la superficie del agua en busca de una boca dispuesta a tragarse hasta un perro entero según el hombre de barba blanca.
Kalheb, el hombre de barba blanca y su hermano que no hablaba ni media palabra no irán a la toma de posesión del Presidente de Brasil, pero en el Rio Tietê fabricaron una mentira llena de monstruos que desalojaban a otros monstruos porque estaban acabando con los peces y el pobre río se estaba quedando sin comida.