La concordia de Adolfo Suárez se perdió en la memoria de pez de la postransición y este gesto, la vida son gestos además de intenciones, le homenajea. Su última foto pública, con el rey emérito de espaldas y la cabeza mirando al suelo, ¿presagio ?
De todos es sabido que en Cataluña vive el fantasma de Franco como fake-new y su historia pergueñada en los medios de comunicación, colegios y principalmente bares resulta el más fino argumento, capaz de suscitar su vehemente pero raro gobierno.
En política lingüística, el dictador, el caudillo, Franco, cada cual según, habita, es inevitable su obra. Franco configurando presentes.
Europa se nacionaliza porque Italia no está clara, al igual que Francia, tampoco Alemania, de todos es sabido España, como decía Mitterrand, “los nacionalismos, la guerra”.
Ojalá que el Valle de los Caídos se convierta en un lugar de peregrinación para todos, un extracto bilateral de memoria histórica donde finalmente los españoles puedan ofrecer su ofrenda al descanso y a la conformidad de Suárez.
Adolfo Suárez y la transición, poco o muy poco valorados. Es un gran logro, quizás no olvidar, pero mirar hacia adelante y seguir, seguir, avanzar y sumar.
¡Reabrir heridas nunca ha sido bueno!
Recuerdo a mi abuelo, que sufrió la guerra civil, y nunca más habló de ella porque tenía que seguir viviendo y continuar con su familia hacia adelante y desde cero. ¡Pasó página y dejó la historia para los libros!
En la vida cotidiana los psicólogos nos aconsejan no recrearnos en lo malo ni en el sufrimiento y mirar hacia el futuro, hacia lo nuevo. ¡Hay que vivir!
¿Por qué no hace lo mismo la política?
Abogo por el entusiasmo del futuro, si es que lo tengo, o por el presente, pero me niego a hurgar en pasados de crueldad y sufrimiento.