A Sánchez se lo ha llevado por delante su cara de esparto. Conforme pasaba el tiempo, se le atrofiaba, al igual que nos pasa cuano el frío, se nos desnutre la piel, nos entra hambre, ganas de pocas cosas. Es necesaria una izquierda moderada y práctica como la anterior, a veces Sánchez me recordaba al PSOE de los bulldogs. Principalmente porque existe una parcela muy importante de la población que no se identifica con PODEMOS, un partido basado en una caldera ideológica a caballo entre un país caótico como es Venezuela y una cátedra universitaria regentada por profesores universitarios que jamás fueron capaces de generar un solo empleo en sus vidas.
Segundo Villanueva, desde São Paulo