Acabo de eliminar lo que escribí en 2013, cuando se creó este manual de español para brasileños (este pequeño artículo corresponde a la actividad de expresión escrita de la unidad 4 del Vamos Inicial A1 de nuestro curso de español para brasileños), una recopilación de experiencias de un atónito extranjero llegando a la ciudad de São Paulo, había cosas que hoy ya no son, cómo cambia Brasil en tan poco tiempo.

Un ex presidente en la cárcel, la mitad de la población, más o menos, piensa que injustamente.   La mitad de la población, más o menos, justamente.  Y esta apreciación binaria es muy difícil de cambiar.   Lo más importante, saber lo bueno de su gestión si lo hay y lo malo si lo hay también, en el momento que uno tiene la rara capacidad de apreciar lo uno y lo otro se supone que ya dispone de la templanza para echarse un trago conversando.

En las redes sociales, el diálogo moderno, existe bastante falta de respeto.

Hay un presidente que las usa, pero es menos afín al discurso típico típico del XX, la mitad de la población piensa que no le gusta la política, la mitad de la población que la política hoy es diferente a como era antes, que de aquí en adelante serán los técnicos y no los políticos los que van a tener que rendir cuentas, quizá estamos ante el fin de una era, la del pactismo y comenzando una nueva consistente en políticas pragmáticas negociadas.

Esto está pasando ya en la gestión de las ciudades…

La población no ve televisión, principalmente los más jóvenes, los youtubers son los grandes apoyadores políticos, pero el insulto o la falta de respeto por parte de algunos es algo que lleva a comenzar a pensar en un código de conducta, el respeto online que ya empieza a aparecer por ahí.

Los extremismos tienen muchas caras, parece que opinar hoy no es un derecho y hay que pensar lo que los lobbys dicen que hay que pensar, se pone en duda de si es la mayoría el que piensa así, si uno se sale de la regla, moderada y pacíficamente… Son los -ismos del momento, aunque empiezan a ser contestados, de manera tímida todavía (estamos en 2019).

Brasil continúa rico, es lo que uno percibe, quitando algunas regiones desfavorecidas del nordeste, cultiva muy fácil, su climatología le proporciona la agricultura más expansiva y variada del mundo, que con tecnología puede convertirlo en el granero el mundo.

Hablaremos en otro momento sin embargo del gran problema estructural del país, que es la violencia, los medios de comunicación brasileños cada día con menos prestigio, probablemente los grandes periódicos y las televisiones durante muchos años han sido conniventes con los políticos del país y consecuentemente se les acusa de no haber conseguido ser más responsables, tampoco de atajar los escándalos.

También de la movilidad y su problemática…

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