¡Ay!
Los medios.
Me duele leerlos.
Me duele escucharlos.
Me duele verlos así.
Manipulados. Serviles. Esclavos. Rendidos. Arrasados por ideologías sectarias e intereses de parte.
Objetivamente subjetivos. Parciales. Propagandísticos. Panfletarios.
Preciosamente diseñados para que lo escrito quede bien disimulado junto a grandiosos titulares grandilocuentes. Relatos dictados.
Quizá siempre fue así y nada esté perdido. No desfallezca. Lea, escuche y mírelos con insistencia. Entre la marabunta de esos medios sobreviven periodistas hambrientos y libres que le cuentan lo que surge desde sus entrañas morales con el único criterio que les debe guiar: la verdad.