Cada cosa tiene su importancia debida y la importancia debida requiere lugares, tiempos, a veces, también, por qué no, ornamento. Suena The Cure en el café que no pasa nada y parecen frescos como el primer día. Se descuelgan algunos recuerdos que precipitan el corazón pero que se diluyen rápidamente cuando se acaba la música y otra desconocida ocupa su lugar.