(esta carta fue escrita el 26 de febrero de 2017, la reproduzco porque desde entonces no obtuve respuesta, como esperaba, nada cambió, al contrario, empeoró bastante.  Este es el enlace original)

Estimado Doria, qué tal,

Le escribo primero esperando que esté bien. Le deseo todo lo mejor del mundo en estos cuatro años de sufrimiento que le esperan, no es fácil gobernar una ciudad de tantos millones de personas todos pensando diferente, pero usted es un buen gestor, seguro que sabrá qué es una paga extra, qué vale la seguridad social de un trabajador o sus vacaciones y esas cosas, es de los míos, le digo que no me gusta que nadie administre nada público, es decir, el dinero de los otros, sin haber antes dado por lo menos un empleo en su vida con el suyo, esto lo debe de tener muy claro, usted es un gran emprendedor.

Sin embargo, le tengo que decir que a las primeras de cambio y creo que como yo ya hay muchos que piensan lo mismo, ya la tenemos liada. Hace un par de años pasó por delante de mi escuela y se sacó una foto sonriente, como todos los políticos, le prometieron que votarían en usted, yo no puedo, continúo extranjero, aunque pagador de impuestos en Brasil, me dijeron que me quitarían de español y decidí quedarme como estoy. Usted me encandiló porque encarnaba y encarna la gestión pura y principalmente también el sentido común, lejos de los gestores teóricos encerrados en su torre de marfil que le precedieron recientemente. Usted vive cerca de Pinheiros, puedo ver su casa, sin embargo, durante los tres carnavales que se acaba de inventar yo no puedo salir de la mía y usted sí.

Como el carnaval es democrático, a mí me gustaría que el próximo año transportase la experiencia de los blocos de carnaval a las calles de los Jardins, usted vive cerca de Eduardo Suplicy, de tal manera que ambos colores e instancias gubernamentales podrían saborear la experiencia increíble que los habitantes de Pinheiros están teniendo en estos tres finales de semana, literalmente, señor alcalde, infernales, pero también muy alegres para muchísimas personas, curiosamente, casi todas ellas de fuera de Pinheiros, sería una experiencia bien republicana y saludable.

No le voy a contar que tuve que cerrar la escuela de español porque mis funcionarios tenían miedo de llegar y no lo tenían tan claro cómo harían para volver, y en el restaurante al igual que los restaurantes que usted sabe que existen en la calle de los Pinheiros, desgraciadamente, las personas no conseguían subir la rampa de entrada, bloqueada de personas bebiendo cerveza Skol compradas por los ambulantes en el Pão de Açucar, le tengo que decir, totalmente dentro de las normas de accesibilidad, la rampa, como mostramos a los emisarios que usted envió la semana pasada para ver si personas con deficiencia podían hacer uso de las instalaciones, curiosamente, en estas fechas donde ni las normales consiguen entrar.

A mí me parece que el próximo año en Jardins, donde usted y Eduardo Suplicy viven, sería una buena idea que los blocos de carnaval desfilasen para que los tuviera bien cerca a ver qué le parecen, creo que tendríamos tantos o más garís para limpiar las calles al día siguiente y también tanta o más policía, pues yo los veo todos los domingos por la mañana mientras voy a misa hablando con sus vecinos, tomando café, en esas mañanas tranquilas donde uno es capaz de escuchar las maritacas y hasta algún murmullo viniendo de dentro de las magníficas casas que componen el maravilloso barrio de Jardins.

De la misma manera que usted respondió a los grafiteiros con grafitear su casa, con toda la razón del mundo, ojo por ojo diente por diente, a ver si irían a gustar, a mí me parece que debería tener el mismo criterio y llevarse al pueblo el próximo año bien cerca de su casa, llamar a Eduardo y a disfrutar, eso sí, sin poder salir, llegando a sus propias conclusiones para hacerlo todavía mejor el año posterior observando al alegre pueblo, dueño de la calle, siempre de la mía y nunca de la suya.

Con admiración, espero mucho de usted, le pido disculpas por escribirle la carta en español pero me encuentro más suelto, si tiene dificultad la podemos discutir personalmente, también mis máximos respetos por Eduardo Suplicy, coincido con él en misa y me parece cercano, estoy expectante, y siempre con educación, desde el infierno de Pinheiros,

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