Como ya he comentado en este blog me gusta mucho viajar. De hecho, me considero una viajera nata. Y no me importa si estoy paseando o trabajando, siempre intento aprovechar lo máximo y aprender algo.
Soy una admiradora de la historia. Por eso, cuando viajo a pueblos que tienen playa, no me contento sólo en quedarme estirada para broncearme. Siempre busco lugares donde haya señales de su historia.
Constantemente me cuestiono por qué tantos espacios, lugares y caserones, que son sinónimos y representación de la historia de esta o aquella ciudad, están olvidados. Muchos representan una época. Algunos pertenecen a los municipios y a sus gobernantes. Uno u otro forma parte del itinerario del viaje y, sin embargo, todavía están descuidados.
Mi pregunta es: ¿Adónde va a parar tanto dinero? ¿Adónde va toda la recaudación generada por el turismo? ¿Por qué no invierten en reformas y preservación? Eso sin contar con la basura esparcida por las calles. Por supuesto que los hoteles, restaurantes y agencias de viajes pagan impuestos y cumplen con sus compromisos… entonces, ¿dónde está la pasta?
A pesar de todo eso, encuentro fuerzas para divertirme aunque esté indignada con la situación. Al final, sola no podré hacer nada.
¡Qué remedio! La única forma que tengo es expresar mis pensamientos y hacer con que los lectores de este blog también piensen al respecto y creen sentido crítico.
Mariaine Oliveira es alumna de España aquí. España aquí – Escola de espanhol em São Paulo. Tel. (11) 3083.3334. info@espanaaqui.com.br