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El pasado mes de julio fui a España de vacaciones. ¡Qué país más encantador! La estancia resultó corta para todo lo que me gustaría ver.
Madrid me encantó desde el momento que salía del aeropuerto, con sus calles anchas y monumentos por todos los lados. Mi novio y yo decidimos ver toda la ciudad en metro – a ver cómo era la gente y la rutina madrileña, y lo hemos pasado genial. Todo estaba muy cerca: comenzamos caminando por la Gran Vía hacia el Teatro Callao, ¡y hemos comido la mejor Paella Valenciana de mi vida! Bajamos hasta el Teatro Real, y ahí cerca ya estaba el Palacio Real, los Jardines de Sabatini y la Plaza España. Visitamos el famoso Paseo de la Castellana, dónde están ubicados el Estadio Santiago Bernabéu y la Plaza de Colón – con su maravillosa bandera de España, la mayor del país, y las sedes de grandes empresas españolas. Seguimos al paseo del Prado, donde hemos visto el Ayuntamiento de Madrid, la Plaza Cibeles y la fuente de Neptuno, y el momento más emocionante de todo el viaje: la vista de Madrid por la noche, desde la terraza del Círculo de Bellas Artes. Hemos ido también a los hermosos Jardines del Retiro y la Puerta de Alcalá, a la estación de Atocha, a la Plaza Mayor (y desde ahí al Mercado San Miguel y a El sobrino de Botín – el restaurante más antiguo del mundo) y al Templo de Débod.
Toledo – un pueblo medieval cerca de Madrid, nos ha encantado igualmente. Compramos un bono turístico para los principales monumentos de la ciudad, y desde ahí visitamos el Monasterio San Juan de Los Reyes, la Sinagoga Santa María la Blanca, el entierro del Señor Orgaz, y la increíble Iglesia de los Jesuitas, donde era posible ver toda la ciudad. Hemos visitado la Catedral y el Ayuntamiento de Toledo, y el Alcázar de Toledo – con una vista también increíble. Comemos ahí un menú del día con platos tradicionales como gazpacho, y por la tarde un pincho de tortilla. Y desde todos los sitios se podía ver el Río Tajo circundando la ciudad. Hemos ido también a una increíble exposición permanente de instrumentos de tortura medieval, de los tiempos de la inquisición; y tal atmosfera de la edad media en la ciudad era increíble – todas las tiendas venden espadas y dagas, por las calles casi no pasan coches y no tienen pasillos.
Barcelona – ¿cómo ir a España sin verla? – nos concedió muchas historias graciosas, porque queríamos hacer lo mismo que en Madrid: o sea, todo en metro. El primer día teníamos las entradas para el Park Güell para las 4 de la tarde, pero nos hemos perdido y casi perdemos las entradas del maravilloso parque que construyó Gaudí. Así, el día siguiente nos compramos el ticket del Bus Turístico de Barcelona, que se ha mostrado genial. Fuimos a la Iglesia de La Sagrada Familia, obra prima de Gaudí, así como las Casas Batlló y Mila (La Pedrera). Lo que más nos encantó en Barcelona fue seguramente la Font Màgic de Montjüic y el Museo de Arte da Catalunya. El espíritu catalán es muy fuerte ahí: se puede ver banderas de la Catalunya por todos lados, y una resistencia muy grande de los residentes en hablar castellano. Hemos visitado también la Estació de Sants, el Port Olímpic y Port Vell, el Bairr Gòtic, el Palau de Pedralbes y el Camp Nou, Las Ramblas, el Mirador de Colón y la famosa playa de la Barceloneta, dónde cenamos en una terraza por la noche.
Sin dudas, el verano es la mejor estación para visitar España, aunque haga mucho calor: las personas están en las calles, el sol está en el cielo hasta las 10 de la noche, la gente está mucho más alegre. Ya nos hace falta estar ahí, y recomiendo muchísimo que todos que tengan la oportunidad vayan a visitar España.
Dimitria Aléxia César Leite Félix de Lima
Alumna de España aquí. Curso B1.
Profesor Luis María Maestro .Empresa Management Solutions. São Paulo