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Esta semana voy a hablar de una expresión idiomática y de vino.
El título de este artículo es una expresión que todos entienden. Se refiere a algo que tiene historia, fundamento, antigüedad, experiencia, algo confirmado por el paso del tiempo. Es añejo, como sinónimo de bueno, diferente a lo actual…
Tal vez lo que no todos sepan, es que esa expresión toma el origen de una cuba de vino, o mejor, de un sistema de envejecimiento del vino. En España, sobre todo del vino de Jerez, de Montilla y también de algunos brandis.
El sistema se basa en el uso de botas, cubas hechas de roble americano con capacidad para 600 litros. Estas botas se disponen en tres alturas. Las dos superiores se llaman criaderas y la que está en contacto con el suelo, solera.
Periódicamente se saca un porcentaje del contenido de cada cuba para rellenar las otras. La cuba inferior, llamada de solera, porque está en contacto con el suelo, es de la que se saca más vino para mezclarlo con las otras dos cubas o botas, donde hay más vino joven.
Este sistema permite que la calidad del vino sea muy alta y homogénea. En todas las botas o cubas hay una gran cantidad de vino viejo que enseña o da cuerpo al vino que ha llegado hace menos tiempo.
Por este motivo los vinos de Jerez no tienen marcada la fecha de añada en la etiqueta. Ya que cada botella tiene una mezcla de vinos de varios años por haber usado este sistema de solera.
Salud!
Luis María Maestro García
Profesor de cultura y lengua españolas
…es increíble…es una locución adjetiva que está totalmente desarraigada de su origen…
Recuerdo perfectamente un vino de Jerez que tomaban en mi casa “Solera 1847”.
Era añejo, levemente dulce, con cuerpo y lo tomabamos con los postres, frutas, helados o repostería.
Ummmm . . . ahora m tomaría una copita.
Qué rico!