De la tierra se obtenían lechugas, tomates, pimientos, alubias, garbanzos, escarolas, trigo, cebada, manzanas, peras y otros alimentos. La tierra ponía su espalda reproductora y los hombres, puro instinto, se encargaban de hacer el resto. Le metían la semilla en el momento de máxima fecundidad, y de repente allí empezaba a brotar una vida incierta …