El otro día Claudemir me dijo que se iba a hacer una biblioteca en casa, le había pedido a su hija que le diera unos consejos de iluminación, etc, pero que dentro del conjunto de la reforma era innegociable.
-¿Lees mucho Claudemir?
-Leo todos los días.
-¿Todos los días?
-Todos. Leo, sí. Bastante menos de lo que me gustaría. Pero leo.
Claudemir puede ser una persona cualquiera pero no lo es, Claudemir es más que una persona cualquiera, es un maestro de obras que trabaja con gente en los canteros hasta las 11 de la noche, y que llega a casa, 30 kilómetros después, y en metro, un poco antes de que cierre y se apague la luz.