Algunos contestarían que hay un cuento.
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Oscuros, misteriosos, pasionales o inciertos los comienzos a veces se desvanecen o se enriedan de tal manera que debemos o mutilarlos o eliminarlos definitivamente. Otras veces lo ridículo invade su gestación y aunque intentamos aguardar a que adquiera vida propia, se desarrolle y alcance un final esperado, un vacío infinito se vislumbra sin que ningún secreto se revele.
A veces un relato encierra una historia que si bien se basa en hechos perfectamente posibles de sucederle a cualquier ser humano, percibimos que el narrador se esforzó en que parecieran mentirosos para que resultasen al final más creíbles.
Ya se ha dicho que el cuento como obra de arte, sería una especie de economía que haríamos pues al ser tan difícil medir el tiempo que nos lleva realizarlo, tendríamos más dificultades aún para definir su valor social.
Algunos piensan que no hay cuento si en su final alguien no se casa o mata a otro pero…y si luego de un casamiento con toda la pompa, la novia es abandonada en un descampado y el reciente esposado se marchara solo, ¿sería esa una historia completa? La expectativa del lector estaría satisfecha o querría saber que sucedió con la joven luego del abandono?
Los finales ponen de manifiesto los problemas de la expectativa y nos enfrenta con la presencia del lector que no es alguien externo a la historia, y sí es una figura integrante de la trama que debemos tener en cuenta.
Cuentos de hadas, fábulas tranquilizadoras, parábolas con moraleja, policiales noirs en fin los cuentos contados parecen largadas que no se producen mientras que su fin siendo o pareciendo involuntario está premeditado y es fatal.
Silvia Cevasco es profesora de España aquí – Escola de espanhol em São Paulo – Tel. (11) 3083.3334
real tu comentario de los cuentos.El escritor planta la semilla y la enredadera sigue su propio camino,los personjes se rebelan y toman decisiones propias y el lactor pone lo suyo con su propia interpretación.Eso es lo fascinante del arte, tiene vida propia
Silvia,
Hay pocas películas que tienen finales inesperados. No venden. Pero nosotros tampoco queremos finales inesperados. No los entendemos, nos dan ganas de llorar. ¿No piensas así? Saludos.
Nooooooo, no pienso así, yo sí quiero finales inesperados. Que sería de Taxi Driver, Lo que el viento se llevó, Cria Cuervos o el Ladrón de Bicicletas si sus epílogos hubieran sido los previsibles?
Cortazar justamente en su cuento El Final del Juego expone el lector a la dificultad para comprender el fin de su cuento. El lector debe esforzarse y crear, a lo mejor su propio final. Si esto lo trasladamos al cine son las películas con un final inesperado las que nos continuan alimentando el espíritu y la mente varias cuadras despues de haber salido de la sala de proyección o levantado del sofá. Abrazo.