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Bilbainadas da Alma: Fotografia, Saudade e Território

Revista Vamos Contigo 247 - Expresión escrita y comprensión lectora Segundo Villanueva Fernández / São Paulo, 18 de Maio de 2025

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Comentar fotos em preto e branco é, para o autor, uma forma de captar a essência da realidade, sem as distrações das cores. A observação atenta e os gestos espontâneos revelam beleza no cotidiano. Essa mesma sensibilidade aparece nas bilbainadas, canções tradicionais bascas cheias de saudade e amor pela terra. Histórias como a de Maitetxu mía mostram o vínculo profundo entre paisagem, memória e afeto.


Uno de mis deportes favoritos —si se puede llamar así— es comentar fotografías en blanco y negro que yo mismo capturo. El blanco y negro va directo al quid de la cuestión: los colores a menudo embadurnan, distraen, y pocas veces reflejan la realidad tal como es. El blanco y negro es como un periódico: pide palabras, exige relato.

Disparar la cámara para robar un gesto a personas que ni sospechan que están siendo observadas, al más puro estilo voyeur urbanita; delinear la silueta de un edificio que se recorta contra el cielo; o encuadrar un rincón donde alguien actúa en su propio contexto —como si formara parte de una secuencia cinematográfica cotidiana— son pasatiempos que enseñan a mirar. Y, quizá, a descubrir que el mundo se vuelve más bello cuando se lo observa con cierta vagarosidad.

Pero también está el vértigo: disparar con la réflex durante cinco segundos seguidos a alguien en movimiento y descubrir, después, un gesto oculto, inadvertido para el ojo desnudo. Esa emoción súbita es como encontrar un tesoro visual donde menos uno lo espera.

En el País Vasco, esta sensibilidad visual tiene su versión musical: las bilbainadas, verdaderos homenajes colectivos a estampas pintadas del paisaje rural vizcaíno. Canciones que mezclan nostalgia y amor por una tierra que ya no es, o que está por perderse. Valles húmedos, árboles cargados de lluvia, despedidas de marineros rumbo al bacalao o a la emigración argentina, sin saber si alguna vez volverían a ver aquello que dejaban atrás.

Resulta conmovedor que un pueblo tradicionalmente visto como rústico y de carácter fuerte haya cultivado una sensibilidad tan profunda por la familia y el paisaje. Algo que los gallegos, eternos emigrantes, llamarían el terruño. Pero no es solo tierra: es historia, identidad y afecto.  Lo cual muchas veces lleva a lo sublime, el amor. 

Quizás la bilbainada más famosa sea Maitetxu mía, la historia de una mujer fiel que esperó durante años a su amado, emigrado a las Américas. Él volvió… pero ya era tarde: Maite había muerto, aguardándolo hasta el final.


Ouça a entrevista com José Luis Abasolo, onde ele conta o episódio, e não se esqueça de se inscrever no nosso podcast no Spotify.

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