La exportación de cerveza enfrenta varios desafíos, especialmente debido a las barreras culturales y de mercado. Cada país tiene preferencias distintas en cuanto a sabores, estilos y marcas de cerveza. Por ejemplo, en Asia prefieren cervezas más ligeras, mientras que en Europa valoran más la calidad artesanal y la sostenibilidad. Además, las empresas cerveceras deben adaptarse a las regulaciones internacionales, como los aranceles y normativas locales, lo que puede incrementar los costos. También, la logística es crucial, ya que los tiempos de transporte y los acuerdos con distribuidores locales afectan el éxito del producto en mercados extranjeros.